Entramos en la plaza todos juntos, cogidos de la mano, celebrando y recordando con emoción lo que nos había costado llegar hasta allí. Niebla, lluvia, viento, frío, lágrimas, ampollas, dolores varios, enfermedades, compeeds, isostar, fortasec, pomadas, pero también risas, felicidad, alegría, compañerismo, mucho compañerismo, abrazos, diarios colectivos, clases de arte, meditación, diversión, caminar... mucho caminar, cocinar, subidas, bajadas, albergues, hospitaleros, pulpo, castaños y más castaños, eucaliptos, vacas y más vacas, delirios, "gallinas taxi", cielo azul, cielo gris, prados verdes, altos montes, bosques, sendas, corredeiras, carreteras, arco iris .... noche y día. Todo ello nos acompañó durante estos días.
El Camino terminó en Santiago, aunque siendo sinceros lo único que ocurre en Santiago es que el camino empieza de verdad. Es como un viaje de ida y vuelta: vuelves de Ponferrada a Compostela pasando por Villafranca, O Cebreiro, Triacastela, Sarria, Portomarín, Palas de Rei, Arzúa, Arca do Pino y Monte do gozo y mil pueblos más y, en Santiago, empiezas de nuevo tu camino. Dentro de unos días empezaremos a ver imágenes desde el principio. Hoy tocan los recuerdos del final.
Carlos Diago
No hay comentarios:
Publicar un comentario