Empezamos el Camino el día 5 de noviembre con un largo viaje en autobús y tren hasta que llegamos al primer albergue, en Ponferrada.
"Dios de la montañas y de los azules cielos..." así empezábamos a caminar en dirección a Villafranca del Bierzo, atravesando viñedos amarillos, verdes y rojos, dignos del mejor cuadro impresionista de Pissarro o Van Gogh. La niebla se hacía de notar pero fue despejándose hasta que llegamos a la famosa puerta del Perdón de Villafranca en la que los peregrinos enfermos o impedidos conseguían la indulgencia. Ahí nos esperaba el albergue Ave Fénix, uno de los más históricos del Camino, y Jesús Jato... mil gracias y "Dios ayuda y Santiago". Cena en comunidad con otros peregrinos y al día siguiente a afrontar la mítica subida a O Cebreiro. Galicia esperaba allá arriba y después de 20 km. de asfalto y lluvia, comenzamos la ascensión, preciosa ascensión, en Las Herrerías. Las primeras ampollas empezaron a salir en la planta de los pies a medida que íbamos recorriendo un grupo de caseríos tradicionales y ganaderos (Vega de Valcarce, Ruitelán, La Faba, Laguna de Castilla) cruzando bosques de castaños hasta que atravesamos el límite entre León y Galicia para terminar en la aldea de O Cebreiro, poblado de piedra mágico donde se juntan las pallozas, el paisaje, la niebla y las leyendas.
Al día siguiente la bajada hacia Triacastela, el pueblo de los tres castillos inexistentes en la actualidad, con el alto de San Roque y otro de los míticos del Camino, el alto do Poio. Pero esta historia será para otra ocasión.
Carlos Diago
No hay comentarios:
Publicar un comentario